《Hoy me vestí de ese perfume que tanto te gusta, y me dejé llevar al calor de tu piel tostada. Pero al abrir los ojos, te habías ido ... Y se me agrió aquel beso de azúcar.
Me muero por un abrazo tuyo, de esos que templan el alma, volver a perderme en tu pecho, y acariciar tus manos de canela en rama.》
Felices sueños, mis Violetines
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