sábado, 13 de abril de 2019

La varianza de la felicidad


Habré conocido amores en mi vida, más grandes, más sencillos, más vivos, más tranquilos, más gigantes, más inolvidables, más de niños, ...
Y, aunque casi todos fueron inolvidables, sólo uno llegó a parecerme más verosímil.  Sólo uno fue más yo que ningún otro.  Con el pasar del tiempo, descubrí que tampoco él era a quien quería como compañero.  Pero sé a ciencia cierta (científica yo, hasta el final) que puso el listón muy alto para quien viniera después. 
Esos otros lo comprobaron.  Les falta ese algo que sólo él fue.  Porque, aunque no era completo, tenía muchos de mis deseos, ¡y hasta el capricho de ser moreno!.
Y llegará algún día, lo sé, alguien que le borre de mi historia a base de mejores recuerdos.  
Pero, mientras tanto ...
¡Dios mío, cómo le echo de menos!


<< La felicidad era enredarme por la selva de tus rizos oscuros;  perderme confiada, en tus ojos de firmamento;  descansar de la vida sobre tu pecho seguro;  y olvidarme del mundo, incierto, bajo tu vientre … tan desnudo.
La felicidad era estar contigo, simplemente.  O al menos, eso pensaba, antes de dejarte ir para siempre.>>





¿Tenéis un amor así de único?, mis Gatunos.







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