martes, 5 de noviembre de 2019

Ejercicio sobre la marca personal

En un curso de Gestor de comunidades virtuales, se me propone un ejercicio que me ha parecido interesante, y del que os comparto mi respuesta.

Debo definir mi marca personal, bajo la premisa de que «La marca personal es lo que dicen de ti cuando no estás en la sala».
El ejercicio debe responder a estas preguntas básicas:

    ¿Quién eres (identidad)?
    ¿Qué eres (significado)?
    ¿Cómo te ven los demás (reacciones)?
    ¿Cómo son las relaciones que quieres establecer con tu público?

Y aquí os dejo mi debate interno.
                                                                                      
<< Soy Chary, una informática sevillana a la que no le gustó su carrera con lo que me costó acabarla. 

Mi marca personal tiene nombre propio:  Charichy Gata, reunión de uno de mis apodos con mi primer apellido (tan particular él como yo).
Con ese nombre tan cantarín me presento como escritora de poesía y prosa, en múltiples estilos, pero también desde una mirada personal, que algunos confunden con meramente autobiográfica y otros simple o acertadamente reconocen como ficción literaria con tintes de realidad interior.

Mas mi actividad en el plano físico y en el virtual no es sólo creativa con las letras. También aporto claves de organización, estudio, incluso alguna receta culinaria, e imparto talleres variados. Mi público bien se entretiene conmigo, y sabe que, para bien o para mal, soy certera y veraz en mis opiniones.  En mis palabras, ya sean escritas o vertidas al aire, se traslucen sinceridad, independencia y libertad. 
No soy persona que adorne las mentiras porque lo parezcan menos con florituras.  Y eso es algo que no agrada a todo el mundo, por lo que se ve.  Pero la hipocresía no es uno de mis defectos;  y quien me sigue (ya sea en algarabía de píxeles o en carne y hueso), lo hace precisamente por eso.
Ya sean amigos o autoelegidos adversarios, ambos han tenido presente que no voy a callarme, que tengo mucho genio, y que a las buenas soy muy buena, y a las malas … tomaré las medidas necesarias.  
De todos modos, cualquiera sabe que puede contar presto conmigo, a pesar de todo, para lo que necesite. 



Me gustaría, sin embargo, que cuando se piense en mí, se me analice, no precipitando ideas sobre algo que no he dicho de ninguna manera, no malversando, no poniendo en mi boca, mis dedos o mi pluma, palabras que nunca dejaría salir.
Ojalá todos entiendan que escribo lo que necesito expresar, lo que me bulle y quema, bien porque es mi verdad o porque la viven otros.  Y esa urgencia por hablar, por ayudar, por educar o por respetar son lo mismo que la necesidad de escucha, de socorro, de aprendizaje o de consideración.  
¡Ojalá! >>

¡Hasta pronto, mis Gatunos!