martes, 31 de diciembre de 2019

Feliz 2020


Gatunos míos, que hoy toca hacer recuento del año que se nos escapa ya.  Se nos escapa con pena incluso, pero siempre es mejor dejarlo ir que quedarse atrás.

Mi año ha tenido mucho de muchas cosas.  Muchas buenas, y alguna no tanto.

De las que más a la fuerza sobrellevo, es el dolor que me causan algunos “desajustes” en las articulaciones de mis pies.  Empezó todo en julio del año pasado, y después del uso de varias plantillas ortopédicas re-modificadas en varias ocasiones, el dolor ha sido viajero de uno a otro lado, más o menos insoportable algunas veces, y desde luego incapacitante muchas otras.  Y además, el hecho de no poder andar mucho me hizo ganar la mitad del peso que perdí el año anterior.
Por lo demás, lo de siempre:  2 lumbalgias severas.

Otra cosa decepcionante es que sigo sin encontrar un empleo decente.  Ya os contaré alguna que otra cosa que me han ofrecido como una ganga.

Se me han ido este año un par de personas a las que añoraré. 
Una es un (ex)vecino de mi edad, alto, guapo, bueno, simpático, adorable y que adoraba a mi madre. 
Otra es una mujer que me acogía a veces en su casa cuando estaba de exámenes (estudié fuera de casa).  También me cocinaba cosas ricas y me enseñó a tejer con 2 agujas (¡mis primeros patucos de primera postura!).
Son pérdidas a las que ya hay que ir acostumbrándose a mi edad.

Pero el 2019 ha sido espectacular en muchas otras cosas:
- No he tenido que soportar compañeros de trabajo (y jefes) indeseables de Accenture.  ¡Cuánto echo de menos a los Siteleros!  A algunos, los mejores, les sigo viendo y nos alegramos mucho entonces.
- He tenido que eliminar de mis redes sociales a una serie de personas a las que quería por cómo creía que eran.  He descubierto que, aún hoy en día, dos tetas tiran más que dos carretas.  ¡¿Cómo alguien que se dice socialista puede pensar como la ultraderecha?!
- He conocido a varias “posibles” parejas.  Y me han propuesto cosas que … que no es que me hagan ruborizar, no.  Es que algunas me han hecho reír y otras asquear … ¡Qué mundo éste!
Pero también conocí a alguien que … sí, ya ves, de esos que te hacen recobrar la fe …
- Me he vuelto más consciente con la ecología y lo sostenible.  Siempre tuve el pensamiento y la idea de la necesidad de cuidar el único planeta con cerveza.  Pero ahora estoy tomando opciones personales más fructíferas.  Ya usaba compresas y salva-slips de tela.  Pero ahora, por ejemplo, he reducido el uso de pañuelos y servilletas de papel, cambiándolos cuando es posible por los de tela.  Poco a poco, paso a paso, es una tarea personal el no elegir lo que no es ecológico, ya sea en casa o a la hora de comprar.
- El voluntariado de este año que más me ha marcado ha sido con la primera WordCamp para desarrolladores de WordPress.  Mi identificación de aquel evento es la imagen de cabecera de esta publicación.  Por supuesto, el evento resultó un éxito, no lo dudo, porque estaba en buenas manos.  Es que tenía (tengo) algunas quejas con respecto al uso de los voluntarios.  Pero no cambio por nada los momentos buenos que me dieron esos días. 

Si algo agradezco de este año, es la experiencia que me ha dado.  Si algo le pido al que viene, es que yo acabe como esa identificación de la WCDev 2019.



lunes, 9 de diciembre de 2019

Dios te salva, María

El fin de semana fue de celebraciones.  Y ayer celebrábamos los cristianos el día de la Anunciación.  Me gusta esta fiesta.  Y fue ayer que la descubrí como la más reveladora de todo el año.

Siempre se nos vendió la Inmaculada Concepción como el anuncio de un salvador del mundo.  Y resulta que no se trata de una venta mundial, sino de una compra personal.



La anunciación estrena el tiempo de Adviento: la espera.  Nos dice que hay esperanza porque la salvación está en camino.  Pero estamos condenados si no nos ponemos en camino, si no aceptamos.

María dió un ⟪sí quiero⟫ al ángel.  Y se salvó, y nos dió su salvación.  María tenía esperanza y eligió el camino de la acción:  ser la madre que educó a quien nos enseñó a liberarnos.

Es así de sencillo.
Se nos ofrece todo, y nosotros nos comprometemos (o no) a ser socorrer, a rescatar, a auxiliar, a corregir, a enmendar, a acompañar, a resucitar.  Porque si no salvo a otro, no me salvaré.    Porque si no lo entrego todo, nada doy.  Porque si no lo hago por amor, nada soy.

Dios te guarde, María, porque me diste la Gracia de poder elegir.



Nota:  me da igual si eres o no cristiano.  Cambia al mensajero de la anunciación, por ejemplo, por el del cambio climático, que está ahora muy de moda:  ¿te comprometerías?  ¿a qué estás dispuesto a renunciar para no condenar al planeta?