Decía el magnífico Oscar Wilde, que los verdaderos amigos te apuñalan de frente.
Y es que los amigos son como las gafas, que te ayudan a ver las cosas claras.
Hoy vino un buen amigo a cantarme las cuarenta en un tono tan suave, que comprendí al instante cuánto me estaba equivocando contigo. Y comprendí que debía olvidarte ... del tirón, y arrancarte del corazón que repite que nunca te quiso ...
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