Pero si me conoces sabrás que, muy de vez en cuando, me despisto un poco.
Esta Semana Santa ha sido todo un ejercicio de ubicación espiritual: le he dado a todo el lugar que le corresponde. Orden y claridad son bases de una buena vida.
Y que me echen lo que quieran a la espalda, que siempre al frente llevo la mirada.
¡Feliz Pascua, mis Violetines!
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