Hay bocas gigantes que dan miedo, abiertas las fauces en un hambre insaciable.
Y hay otras pequeñitas que son temibles, viperinas sus lenguas y su pensamiento.
Y entre una y otra me encuentro, atribulada de futuro incierto y pasado temboloroso.
En España, la boca del lobo es un lugar oscuro y tenebroso (llena de dientes, rabia y babas). Y por eso, se increpa con ella al miedo.
Pero en Italia, es un lugar seguro y celoso (plena del cariño en el que la loba traslada a sus cachorros). Y por eso se increpa con ella a la suerte.
Yo hoy lunes necesito suerte porque voy a entrar en la boca del lobo. Así que, prefiero el sortilegio italiano al temor español.
Buena suerte, mis Violetines.
Que la semana sea estupenda.
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