domingo, 29 de enero de 2023

Mi propio equipo

Sorpresas te da la vida, la vida te da sorpresas, ¡ay, sí!

¡¿Quién me lo iba a decir?!  Gatunos míos, ya tengo un equipo de baloncesto con mi nombre.
Mis petardillos más petardos de todo este curso, los que nunca me imaginé, le han dado nombre a su equipo con el mío.  
Y me encanta.  Porque digan lo que digan, es un honor.










domingo, 20 de febrero de 2022

El abandono en la Educación Permanente

Este texto es mi respuesta a una tarea de un curso sobre el abandono en  la Educación Permanente.  La reflexión personal me ha parecido interesante.

Por si no lo sabéis, soy profesora de Informática en un centro público.  Este curso imparto clases, entre otras, de TIC-1 y TIC-2 en Bachillerato semipresencial.



 Hola a todos.


Se han mencionado muchas de mis ideas anteriores, y he descubierto otras que ni me había planteado.

En mis clases de primero, pero especialmente de segundo de bachillerato el absentismo es casi total.

Yo soy profesora de Informática, y es cierto que tengo alumnos que ni tienen ordenador ni tienen intención de pedir uno prestado al centro.
También tengo alumnos que trabajan y/o tienen hijos pequeños u otras cargas familiares.
Otros han ido algún día porque les obligan en casa.
El resto ... el resto ya me dijeron uno de los pocos días que vinieron a clase que con 2 días a la semana era bastante, que el resto del tiempo era para dormir y disfrutar.
¡Me desesperan!

Todas las juventudes fueron/fuimos tachadas de lo mismo: de inútiles, de no esforzarnos, de no tener vocación de estudio, de pensar sólo en el hoy. Y aunque no todos fuimos así, la fama es la fama, es lo normal.
Si bien cuando mis padres eran jóvenes había trabajo a destajo, cuando me tocó a mí, o estudiabas, o no trabajabas. Y ahora, ya da igual lo que estudies, que es complicadísimo encontrar trabajo.
Esto, comprendo, desmoraliza a cualquiera. Y si ya el pan de cada día es ser influencer, instagramer, tiktoker, youtuber, o cualquier cosa que parezca americano pero pronunciado a la española, pues así nos luce el pelo.
La tan ansiada cultura del esfuerzo se deshilacha entre tanta normativa de educación que prima el aprobado sobre el aprendizaje ... ¡Toma castaña!

A veces, hasta hay que unirle a esto síndromes y discapacidades autodiagnosticados, no diagnosticados, mal diagnosticados, o sin tratamiento.
Y los docentes no somos psicólogos, oye. El trabajo del orientador no tengo porqué hacerlo yo, del mismo modo que el orientador no se mete en mi aula a impartir la lección de ciberseguridad.

Muchos alumnos, intuyo, se verán también incapaces de seguir un ritmo al que hace mucho que no están acostumbrados. El tipo y la calidad de estudio y trabajo, de autodidáctica y de esfuerzo va creciendo a la par que el nivel escolar. Y eso cuesta.
La semipresencialidad (como es mi caso) no es dividir por dos los contenidos (como deja caer el jefe de estudios) sino trabajar el doble en casa. Y eso cuesta mucho más aún.
La mayoría caerá en la trampa del "yo no valgo para esto".  Y eso no es cierto.  Es que aún no conocen su valor.

He impartido clases particulares de ciencias por 30 años, y siempre he dicho que hace falta una asignatura (tal vez la tutoría) que ilustre sobre métodos de estudio, pero también de organización. Y hablo de una organización integral. Tengo alumnos con asperger que son un puro caos personal. Y así, da igual lo que hagan, que no logran aprender porque las distracciones están en su propia mesa. El nivel de atención es primordial para lograr asentar conocimientos.

Y, por último, estamos nosotros, las cabezas de turco.
Nosotros que no somos psicólogos, pero tampocos burócratas. Estamos hasta las mismas narices de papeleo, de documentos digitales, de normas, de tonterías, ...
Y con el absentismo creciente se nos plantean unas clases mucho más tranquilas, con menos que corregir, menos cuentas que hacer a la hora de calificar, me puedo escapar antes si no viene nadie (¡total, quién se va a chivar!) ... ¡buf!
A mí me desesperan mis aulas vacías de uno de los dos primeros de bachillerato que tengo y un segundo. Pero a todos no.

Y estas son las vistas desde mi pizarra. Mal, mu' mal.

domingo, 12 de abril de 2020

Semana Santa en la Era de Acuario.

Este año es bisiesto.  Muchos dirán que es año de mala suerte.  A mí me encantan los años bisiestos.  Pero sabemos y sé que no son sino un año con un día de más.  Mas esta vez debo admitir que está siendo una mijita más difícil de llevar.

Recordé las “predicciones” de los listillos, y también las de la astrología más básica:  el agitado fin de la era de Piscis que da paso a la era de Acuario.

Puedes echarle un vistazo a estos 2 artículos que mencionan fechas concretas:  diciembre de 2020 y principios de 2021: 

De Astrología del ser

De Tu astrólogo de Valladolid

 

Este nuevo coronavirus nos está poniendo en jaque a la humanidad.  La ya pandemia nos diezma día tras día.  Los más sortudos, podemos quedarnos en casa, relativamente seguros.  Muchos no disponemos de comodidades, y muchos más no disponen siquiera de alimentos y servicios básicos.  Otros disfrutan de sus muchos bienes, sin notar gran diferencia.

 

Hoy es Domingo de Resurrección.  Esta semana santa estamos confinados.  No estamos castigados en casa.  Estamos a salvo.  En casa.

En mi tierra, donde todo lo que se santifica no es santo si no se le hace fiesta, en mi tierra, decía, es para muchos una pena.  Se lamentan de no poder salir en estación de penitencia (algún idiota hay que lo ha intentado).  Y no nos damos cuenta que la estación de penitencia es la misma, y sólo cambia el escenario. 

Parroquia Nuestra Sra. de la Salud

En los tiempos difíciles nos prueban, y se nos conoce tal cual somos:  más bravos, más lentos, más fieros, más miedosos, más tercos, más endebles, más temibles, más odiosos, más atentos.

En estos días se nos ofrece la ocasión de ser mejores:  más responsables, menos críticos, más servidores, menos sirvientes, más ayuda, menos carga, más hermano, menos castigo.

 

Hoy los cristianos celebramos la resurrección de Jesucristo.

La fe se demuestra ahora.  Si no, ¿cuándo?

Soy testigo.


lunes, 9 de marzo de 2020

Mirada perdida

A veces descubrimos a alguien que nos mira como si quisiera descubrir nuestros más íntimos secretos.  Otras, las menos, a alguien que no necesita mirarnos para conocerlos.  Y alguna más, hay que miramos y nos miran ... y ahí nos perdemos.
Hoy no tengo mucho más que contar, salvo que ya te echo de menos, cuando aún recién te vas.


martes, 31 de diciembre de 2019

Feliz 2020


Gatunos míos, que hoy toca hacer recuento del año que se nos escapa ya.  Se nos escapa con pena incluso, pero siempre es mejor dejarlo ir que quedarse atrás.

Mi año ha tenido mucho de muchas cosas.  Muchas buenas, y alguna no tanto.

De las que más a la fuerza sobrellevo, es el dolor que me causan algunos “desajustes” en las articulaciones de mis pies.  Empezó todo en julio del año pasado, y después del uso de varias plantillas ortopédicas re-modificadas en varias ocasiones, el dolor ha sido viajero de uno a otro lado, más o menos insoportable algunas veces, y desde luego incapacitante muchas otras.  Y además, el hecho de no poder andar mucho me hizo ganar la mitad del peso que perdí el año anterior.
Por lo demás, lo de siempre:  2 lumbalgias severas.

Otra cosa decepcionante es que sigo sin encontrar un empleo decente.  Ya os contaré alguna que otra cosa que me han ofrecido como una ganga.

Se me han ido este año un par de personas a las que añoraré. 
Una es un (ex)vecino de mi edad, alto, guapo, bueno, simpático, adorable y que adoraba a mi madre. 
Otra es una mujer que me acogía a veces en su casa cuando estaba de exámenes (estudié fuera de casa).  También me cocinaba cosas ricas y me enseñó a tejer con 2 agujas (¡mis primeros patucos de primera postura!).
Son pérdidas a las que ya hay que ir acostumbrándose a mi edad.

Pero el 2019 ha sido espectacular en muchas otras cosas:
- No he tenido que soportar compañeros de trabajo (y jefes) indeseables de Accenture.  ¡Cuánto echo de menos a los Siteleros!  A algunos, los mejores, les sigo viendo y nos alegramos mucho entonces.
- He tenido que eliminar de mis redes sociales a una serie de personas a las que quería por cómo creía que eran.  He descubierto que, aún hoy en día, dos tetas tiran más que dos carretas.  ¡¿Cómo alguien que se dice socialista puede pensar como la ultraderecha?!
- He conocido a varias “posibles” parejas.  Y me han propuesto cosas que … que no es que me hagan ruborizar, no.  Es que algunas me han hecho reír y otras asquear … ¡Qué mundo éste!
Pero también conocí a alguien que … sí, ya ves, de esos que te hacen recobrar la fe …
- Me he vuelto más consciente con la ecología y lo sostenible.  Siempre tuve el pensamiento y la idea de la necesidad de cuidar el único planeta con cerveza.  Pero ahora estoy tomando opciones personales más fructíferas.  Ya usaba compresas y salva-slips de tela.  Pero ahora, por ejemplo, he reducido el uso de pañuelos y servilletas de papel, cambiándolos cuando es posible por los de tela.  Poco a poco, paso a paso, es una tarea personal el no elegir lo que no es ecológico, ya sea en casa o a la hora de comprar.
- El voluntariado de este año que más me ha marcado ha sido con la primera WordCamp para desarrolladores de WordPress.  Mi identificación de aquel evento es la imagen de cabecera de esta publicación.  Por supuesto, el evento resultó un éxito, no lo dudo, porque estaba en buenas manos.  Es que tenía (tengo) algunas quejas con respecto al uso de los voluntarios.  Pero no cambio por nada los momentos buenos que me dieron esos días. 

Si algo agradezco de este año, es la experiencia que me ha dado.  Si algo le pido al que viene, es que yo acabe como esa identificación de la WCDev 2019.



lunes, 9 de diciembre de 2019

Dios te salva, María

El fin de semana fue de celebraciones.  Y ayer celebrábamos los cristianos el día de la Anunciación.  Me gusta esta fiesta.  Y fue ayer que la descubrí como la más reveladora de todo el año.

Siempre se nos vendió la Inmaculada Concepción como el anuncio de un salvador del mundo.  Y resulta que no se trata de una venta mundial, sino de una compra personal.



La anunciación estrena el tiempo de Adviento: la espera.  Nos dice que hay esperanza porque la salvación está en camino.  Pero estamos condenados si no nos ponemos en camino, si no aceptamos.

María dió un ⟪sí quiero⟫ al ángel.  Y se salvó, y nos dió su salvación.  María tenía esperanza y eligió el camino de la acción:  ser la madre que educó a quien nos enseñó a liberarnos.

Es así de sencillo.
Se nos ofrece todo, y nosotros nos comprometemos (o no) a ser socorrer, a rescatar, a auxiliar, a corregir, a enmendar, a acompañar, a resucitar.  Porque si no salvo a otro, no me salvaré.    Porque si no lo entrego todo, nada doy.  Porque si no lo hago por amor, nada soy.

Dios te guarde, María, porque me diste la Gracia de poder elegir.



Nota:  me da igual si eres o no cristiano.  Cambia al mensajero de la anunciación, por ejemplo, por el del cambio climático, que está ahora muy de moda:  ¿te comprometerías?  ¿a qué estás dispuesto a renunciar para no condenar al planeta?

martes, 5 de noviembre de 2019

Ejercicio sobre la marca personal

En un curso de Gestor de comunidades virtuales, se me propone un ejercicio que me ha parecido interesante, y del que os comparto mi respuesta.

Debo definir mi marca personal, bajo la premisa de que «La marca personal es lo que dicen de ti cuando no estás en la sala».
El ejercicio debe responder a estas preguntas básicas:

    ¿Quién eres (identidad)?
    ¿Qué eres (significado)?
    ¿Cómo te ven los demás (reacciones)?
    ¿Cómo son las relaciones que quieres establecer con tu público?

Y aquí os dejo mi debate interno.
                                                                                      
<< Soy Chary, una informática sevillana a la que no le gustó su carrera con lo que me costó acabarla. 

Mi marca personal tiene nombre propio:  Charichy Gata, reunión de uno de mis apodos con mi primer apellido (tan particular él como yo).
Con ese nombre tan cantarín me presento como escritora de poesía y prosa, en múltiples estilos, pero también desde una mirada personal, que algunos confunden con meramente autobiográfica y otros simple o acertadamente reconocen como ficción literaria con tintes de realidad interior.

Mas mi actividad en el plano físico y en el virtual no es sólo creativa con las letras. También aporto claves de organización, estudio, incluso alguna receta culinaria, e imparto talleres variados. Mi público bien se entretiene conmigo, y sabe que, para bien o para mal, soy certera y veraz en mis opiniones.  En mis palabras, ya sean escritas o vertidas al aire, se traslucen sinceridad, independencia y libertad. 
No soy persona que adorne las mentiras porque lo parezcan menos con florituras.  Y eso es algo que no agrada a todo el mundo, por lo que se ve.  Pero la hipocresía no es uno de mis defectos;  y quien me sigue (ya sea en algarabía de píxeles o en carne y hueso), lo hace precisamente por eso.
Ya sean amigos o autoelegidos adversarios, ambos han tenido presente que no voy a callarme, que tengo mucho genio, y que a las buenas soy muy buena, y a las malas … tomaré las medidas necesarias.  
De todos modos, cualquiera sabe que puede contar presto conmigo, a pesar de todo, para lo que necesite. 



Me gustaría, sin embargo, que cuando se piense en mí, se me analice, no precipitando ideas sobre algo que no he dicho de ninguna manera, no malversando, no poniendo en mi boca, mis dedos o mi pluma, palabras que nunca dejaría salir.
Ojalá todos entiendan que escribo lo que necesito expresar, lo que me bulle y quema, bien porque es mi verdad o porque la viven otros.  Y esa urgencia por hablar, por ayudar, por educar o por respetar son lo mismo que la necesidad de escucha, de socorro, de aprendizaje o de consideración.  
¡Ojalá! >>

¡Hasta pronto, mis Gatunos!




lunes, 7 de octubre de 2019

WordCamp Sevilla 2019


Reza un dicho que una WordCamp no se acaba hasta que escribes sobre ella.
Yo he sido voluntaria este fin de semana en  #WCDevSevilla19, la primera WordCamp para desarrolladores.  Y he pensado mucho sobre qué quería escribir.


Soy una persona muy crítica, para lo bueno y para lo malo.  Si algo me agrada, te alabaré.  Mas si creo que algo puede mejorar, lo diré también (en privado, pero lo haré).  No es con ánimo de ofender, pero tienes todo el derecho del mundo (y mi permiso) para enfadarte por mi opinión.

Desde los 15 años (y tengo 47) he sido voluntaria en diversas organizaciones (no gubernamentales).  Y en todas y cada una de ellas he visto que son idénticas al gobierno:  mucho politiqueo (de uno u otro modo).
No he visto el evento desde fuera, pero sabía de antemano que sería fantástico (porque sé de quién me he fiado).  Sólo tengo la experiencia de mis ojos desde bambalinas.  Y tengo opiniones controvertidas al respecto.



Pero, pero, pero ... como una de mis normas es quedarme con lo bueno, es eso lo único que quiero llevarme de estos días.

Me quedo con David y la gente entregada, trabajadora, agotada, y que aún así no pierde la sonrisa ni la amabilidad.  Gracias por el cariño.

Me quedo con Nilo y los que sueñan y vuelan alto, y además luchan incansables contra viento y marea para hacer posible lo inimaginable. Gracias por el esfuerzo.

Me quedo con José Luis y esas personas que están pendiente de los detalles, que te valoran y que se acuerdan de preguntarte cómo estás.  Gracias por el instinto de madre.

Me quedo con Elvira y todos los que hacen las cosas por amor, sin más intención que ayudar, que aprender, que apoyar donde faltan manos y sobran ganas.  Gracias por la entrega.

Me quedo con Juanma, mi fiel escudero, y esos amigos (viejos y nuevos) con los que se puede andar en confianza.  Gracias por el apoyo.

Y me quedo con los niños, del más tranquilo al más revoltoso (¡ay, Rodrigo!), porque nos obligan a estar al día, a estar atentos, a mejorarnos cada día.  Gracias por la alegría.


Asistentes primera WordCamp para desarrolladores

Me quedo con lo bueno.
Gracias por la experiencia.


Y se me olvidaba:  me quedo con María, de parte del propio Acuario de Sevilla, que nos allanó los caminos para que todo fuera sobre ruedas.  Gracias, por la voluntariedad.



viernes, 12 de julio de 2019

Reseña Crisálida de Laura Tinajero


Después de un par de meses de haber leído esta obra, por fin me decido a escribir la reseña. Y es que no es moco de pavo, la verdad, plantear la experiencia.
Debo decir que, aunque la lectura me apasione, no le dedico todo el tiempo que quisiera.  Pero eso sí, el poco que tengo libre, sólo lo empleo en obras que me aneguen a su voluntad.  Y ésta lo es, sin duda.



Mi voluntad me dice que no me gustan algunos aspectos de la historia, que no es esa prosa tan poética que me apasiona, que discrepo en muchos de los aspectos planteados y que los personajes son un asco (literalmente).
Y aún así, Crisálida ha sido una experiencia de gozo de plena lucidez.
Confieso que la leí en los ratos libres de sólo 3 días.  Sí, así, de sopetón.  Es que es cautivadora, hechizante, magnífica.

En la misma historia se tejen varias mediante un personaje como hilo conductor.  Y se tejen magistralmente en distintos lugares, épocas y ambientes.  ¡Guau, qué madurez!
Pero la autora no sólo te arrastra en esos escenarios, sino que te los detalla al punto histórico.  Imágenes sutiles se dibujan con cada frase, y puedes imaginarte allí, viviendo la narración como en un teatro de barrio y donde parece poder tocar a los personajes.
Esta escritora tiene conocimiento de la materia que trata. Pero es que, además, se nota la exhaustiva labor de investigación llevada a cabo.


Mas yo soy una persona muy radical:  o es novela realista o es ficción.  Y, visto de este modo, el escrito no puede tener connotaciones de ambas categorías de novela.  Y por eso aquí van mis tres críticas.

Se trata de una historia imposible, irreal, incluso en sus exquisitos detalles verosímiles, donde los personajes comparten el mismo habla, sin distinción de lengua materna, dialecto, ubicación, edad o educación recibida.
Incluso bajo los estudiados detalles tan realistas, nadie tiene el más leve problema cotidiano, ya sea éste económico, de salud u otro.  Como muestra, el alfarero Martín tiene una piel maravillosa a la que no le afecta ni sol ni barro ni tintes … Sospecho que el chaval no trabaja mucho la cerámica, ¿no?.
Y como última crítica, la novela es de colores, con tintes entre rosa y verde.  No me decido sobre si es una típica novela romántica (con hombres atléticos y vigorosos) o bien una altamente erótica (con descripciones de actos sexuales en demasía).  Y es en cuanto a esta parte pornográfica, cuando me sorprendieron detalles totalmente ficticios:
- Las personas gozan de un vigor constante y sin pausas, donde el sexo siempre es apetecible y placentero, incluso si se es una prostituta.
- En este mundo irreal de ferviente promiscuidad, casi no existe el dolor, ni la sepsis, ni las ETS, ni los embarazos.
- La esclavitud acaba sin remedio en síndrome de Estocolmo.


¿Qué os parece?  ¿No os entran ganas de descubrir de qué va la novela?

A mí, en esencia, me fascina sin más, a pesar de los contratiempos que fui encontrando mientras devoraba entre sus páginas.  Magnífica obra, me reitero.

Espero que la autora sepa perdonarme por haber tardado tanto en escribir.  Pero es que esto no eran unas pocas líneas para congratularme con nadie.


martes, 9 de julio de 2019

La claridad que generan los celos

Una noche, de esas largas y brumosas, le imaginé con otra y lo tuve claro.  Es asombrosa la claridad que generan los celos.
Y aunque Manuel se empeñe, elijo no ser celosa.  Yo es que soy más de mariposas borrachas por mis  pechos que de gusanos comiéndome las entrañas.  (¡Donde esté el glamur, que se quiten las musarañas!)

Imagen negativa de una mano con texto

Si no puedo ser yo misma, lo mismo es mejor no ser.
Deseo verte cuando necesite paz, solo si tu me miras. Quiero esconderme en tus manos si el mundo es hostil.  Quiero pensarte y sentir:  de aquí soy.
Y si tengo que luchar contra mi casa, ya no quiero vivir en ti.

Te quiero así:  libre y seguro.
Me gustas si me rechistas y cuando transpiras.
Te miro y veo en ti a mi abuelo, a mi padre, a mis amigos, a nuestros hijos ...
Te quiero así:  solo tuyo ... ¡y tan mío!


Buenas noches, mis Gatunos.