El 5 de enero se me fue sin avisar un familiar relativamente joven. Eso te hace replantearte muchas dudas de siempre. ¿Y si se me van o me voy de repente? ¿Y si mi agenda se queda rellena de proyectos, planes, ideas, citas y vidas que no viví? ¿Y si no hay más mañana que este hoy?
Hace años que mis padres sufrieron 2 accidentes de coche bastante graves. Aunque salieron prácticamente ilesos (salvo algunas secuelas que surgieron con el tiempo), me quedó desde aquel instante el miedo al nunca más.
Desde entonces, procuro vivir de un modo más consciente, siendo aún más celosa, cariñosa y chuchona que antes. ¿Es posible? ¡Sí, siempre!
A veces, esto se me olvida y sigo a lo mío, con mis prisas y mis quehaceres.
A veces, me toca olvidarme de lo anterior y dedicarme a lo que realmente importa.
Cada uno tiene sus prioridades, y debería establecerlas de modo que no se arrepienta de haberse dedicado a los planes satisfactorios antes que a los que les hagan más felices. No son lo mismo.
Buenas noches, mis Violetines
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