jueves, 29 de septiembre de 2016

Congelador Bosch de acero inoxidable ... oxidado

Valentines, esto no es un texto copiado de ninguna parte. Me acaba de ocurrir a mí, Rosario Gata, en mi casa. El técnico acaba de irse.


Hace unos meses que me di cuenta que se me ha oxidado el lateral de un congelador Bosch de acero inoxidable antihuella. Todo el lateral de arriba a abajo.
El frigorífico está en garantía (cumplió un año en mayo) y lo compré en Media Markt España.


 La tienda se desentiende, me manda al técnico de Bosch.
El técnico de Bosch me atendió correctamente, pero Bosch se desentiende igual que la tienda.


 1) La solución de Bosch es el pulimento de las manchas de óxido con un producto que debo comprar. El producto sólo quita la mancha que chorrea, pero no el óxido. (Lo ha usado el técnico delante mía y las picaduras corroídas siguen ahí)


 2) Bosch dice que lo habré limpiado con productos inapropiados. Pero el caso es que ese lateral está semioculto por otros muebles, y lo limpio justo con la misma bayeta de microfibra muy exprimida con que limpio la puerta y el otro lateral. La verdad, no se mancha con facilidad un lateral de un electrodoméstico detrás de un mueble.


 3) Bosch dice que como vivo a 250 m del río Guadalquivir, pues es zona de mucha humedad y por esos se me ha oxidado. Eso significaría que el acero inoxidable se oxida en zonas de playa y fluviales, pero sabemos que no es así.


 4) Bosch dice que la puerta de mi congelador es de acero inoxidable, pero el lateral es pintado. Bosch debería saber por la ficha del producto que le envió el propio técnico que es de acero inoxidable entero, de arriba a abajo, de delante a atrás. Mi frigorífico Siemens, sin embargo, tiene los laterales pintados y no se ha oxidado ni una mijita, nada de nada.


 5) Pagué más caro un congelador que fuera entero inoxidable antihuella, para que no se me oxidara en su vida útil. Es lo último que pago de Bosch, pero desde luego, no lo último que publicaré.


martes, 27 de septiembre de 2016

Cuando lo supe

Volver a encontrarte con el pasado, trae al presente las rosas y las espinas, pero también las raíces que te anclan a la realidad.

Poema Cuando lo supe - Autora:  Rosario Gata Sánchez

lunes, 19 de septiembre de 2016

Triunfa en la vuelta al cole (2) - Mi escritorio personal

En la entrada anterior (Triunfa en la vuelta al cole (1) - La mesa del estudiante) os di unos pocos de consejos sobre cómo ordenar la mesa de estudio o trabajo.
Yo ya no estoy en mi época de estudiante febril, aunque siempre sigo estudiando de múltiples formas.


Este es mi escritorio, que está en mi habitación.  De hecho, está justo debajo de un inmenso espejo.

Mi mesa es muy pequeña, como ya os comenté, y con el ordenador ya pierdo la tercera parte efectiva de ella.  Pero es indispensable para mí usarlo.  Por cierto, la tapa está muy estropeada, así que estoy pensando hacerle un poquito de decoupage un día de estos.



En mi lado izquierdo de la mesa sólo hay una vela de jazmín y un minicorcho enmarcado.  También me hice un mini-calendario mensual donde anoto alguna cosilla que luego compruebo en la agenda.  Justo en la pared de al lado, hay 2 pequeñas lámparas leds flexibles que no se ven en la foto.
Pero en mi lado derecho hay muchas más cosas:  la botella de agua de 3/4 l, tres "libros blancos" que hice yo, una cajita de scrapbook, y delante de todo, el lapicero.



Aquí ves mi agenda, y mi libreta de notas actual.  Al fondo tienes el corcho en un marco verde hoja empolvado chulísimo.



Estos son mis "libros blancos", que puedes ver en mi página de Charitinas en facebook.  El malva tiene apuntes de webinars y eventos a los que asisto. La pequeña tiene los encargos de artesanía personalizada de Charitinas.  Y la del pájaro es un "bullet journal" a mi modo (notas inconexas, poemas personales, detalles que consulto a menudo, etc.).




Esta caja la hice yo para tener a mano la carpetita de post-it, una libretita, una caja con pinzas, el sacapuntas, y esas cosas, y otra con caramelos sin azúcar.
El sobre que hice a juego con la caja, para guardar algunos papeles sueltos que debo revisar en breve.


  
Estas bolsas guardan útiles de escritura y cables y eso.

Y esta es mi caja de cleanex de madera, que hice hace ya unos años.

Triunfa en la vuelta al cole (1) - La mesa del estudiante

Mi mesa de estudio/trabajo es muy-muy pequeña.  Pero en ella me apaño bien.  ¿Cómo?  Teniendo en ella sólo lo indispensable.  En mi mesa no hay apenas adornos, pero sí todo lo que necesito cerca siempre.




Si empezamos el curso y la mesa de estudio de tu hijo/a es una leonera (aplicable también al cuarto), tienes que leer esto sí o sí.  Si ya eres mayorcito/a y no sabes qué hacer con tu mesa, pero sabes que no es la mejor para estudiar, no te saltes estas líneas.  Y si vuelves al trabajo después de un duro verano de descanso y más descanso, también te vendría bien echarle un vistazo.

Un espacio limpio, recogido, y práctico es posible.  No sólo porque queda muy bonito, sino porque, además, resulta más funcional.  Todo funciona mejor sin distracciones, y anima más a hacer las cosas.

El desorden que vemos nos confunde, así que manos a la obra para ir de lleno a por la meta:  hacerlo todo lo mejor posible.  Concéntrate.

Lo primero, vacía la mesa y límpiala.  Si tiene la superficie estropeada, arréglala:  ponle un vinilo, fórrala con algún papel bonito y claro (como si fuera decoupagé) y barnízala, o como quieras.  Lo mejor es ponerle encima un cristal de cantos redondeados para que no se estropee la superficie.

Después, busca algunas cajas de zapatos o fiambreras de varios tamaños para ir ordenando todo lo que hay en la mesa.
Ordena según el tipo de material, pero también según lo necesites a diario o de vez en cuando.  Por ejemplo, yo tengo en mi escritorio una regla de 20 cm, pero en la estantería tengo las de 30 a 60 cm, que necesito como 1 vez por semana como mucho.
Reserva también los apuntes, que no pueden estar en la mesa, pero los necesitarás todos los días.

Cuando ya sepas todo lo que tienes, vuelve a ordenar.  Todo lo que quieras tener en la mesa debe caber en una caja de zapatos.  Cuando hayas escogido el material, colócalo bien en la mesa.  Lo normal que debes tener es:
a) En el lado contrario a la mano con la que escribes
- la lámpara de mesa (usa luz blanca, mejor de bombillas leds)
- Un calendario de mesa mensual, donde puedas anotar algo básico
- Algún adorno muy pequeño que te guste y anime.
b) En el lado de la mano con la que escribes (puedes ponerlo todo de pie en una cajita mona)
- un bote lapicero con lo que uses en casa (es decir, una copia de lo que lleves en el estuche de clase y la regla, algunos rotuladores o lápices de colores, etc).
- un estuchito, cajita o mini neceser, con los útiles de escritura que no van en el lapicero (goma, sacapuntas, tipex, clips, grapadora pequeña, fixo, pinzas, …)
- una libreta de notas
- una carpetilla o sobre con post-it de varios tamaños/colores
- la agenda (te recomiendo una escolar, como las que tiene totalmente personalizadas Charitinas en facebook).
- Una botella de agua (hidratarse es obligado para mantenerse concentrado).



¿Ya tienes tu mesa con lo indispensable?  Lo has hecho muy bien.  Peroooo, y ahora ¿qué hacemos con todo lo demás?
Fácil.  Divide y vencerás, esa es siempre la técnica:  organiza, organiza, organiza.

Igual que hemos hecho con la mesa, ahora vas a ir vaciando las cajas de cartón que fuimos llenando.
Lo principal son los apuntes, libros y diccionarios.  Ponlos de pie en una estantería justo al lado de la mesa.  (Yo ya no soy estudiante oficialmente, así que no tengo tan cerca la estantería).
En otro estante, pon una ó 2 cajas monas y coloca dentro el material de trabajo que no uses a menudo o que sea muy grande.  Por ejemplo:  una caja con útiles de manualidades (pegamento, pinceles, bote de rotuladores y lápices de colores, acuarelas), y otra con el resto de cosas (grapadora grande, perforadora de agujeritos, recambios de bolígrafos, etc).



Esto va cogiendo cuerpo.  
¿Qué nos queda?  Casi nada ya, sólo ultimar detalles.

Te falta ese tablón de corcho tan feo que todos necesitamos en nuestra vida para pinchar los recordatorios importantes (ojo, no pongas fotos, que eso distrae mucho).   Ponlo en la pared de enfrente o en una lateral, donde lo veas bien sentado y de pie.
Debajo de la mesa, coloca una papelera grande.  Si tiene separación para reciclar papel, mejor que mejor.

Por último, algo que no falta cerca de mi mesa son la caja de pañuelos (por si se me caen los lagrimones y los mocos en invierno), un botecito con gel de alcohol y toallitas limpiadoras (porque me pongo perdida con los rotuladores o tintas de manualidades), y además tengo papel secante … por los accidentes con el agua, las acuarelas, … ya se sabe.

¿Te gustan estos consejos?  Ya me contáis, Valerines.


Visita la próxima entrada para ver qué hay en mi mesa de escritorio:  Triunfa en la vuelta al cole (2) - Mi escritorio personal

sábado, 17 de septiembre de 2016

Reclamación a la supervisora de Rehabilitación

Despacho Supervisora Rehabilitacion

El jueves de esta misma semana, mis compañero y yo, fuimos a demostrarle a la supervisora de Rehabilitación (del Hospital Virgen Macarena de Sevilla) que a nosotros no se nos llama mentirosos gratuitamente.
Su despacho estaba abierto de par en par, pero ella no estaba en él.  La esperamos, porque nos había ofendido y queríamos decírselo en su cara.
Cuando ella llegó, al vernos esperándola se le cambió la cara y se le agrió el carácter.  Entramos derechitos a su despacho y le dijimos que no nos gustaba la respuesta a la reclamación.
Enseguida argumentó que ella no era la que había respondido, sino desde Gestión de usuario.
Le mostré la carta que recibí con su contestación personal a la reclamación y entonces admitió que esa parte la había respondido ella misma.
Le dijimos entonces que había mentido para salvar el culo.  Que en ningún momento nos comunicó que el fisioterapeuta encargado ese día estaba tratando a un paciente hospitalizado, sino que estaba en su casa.  Que tampoco nos dijo que ella misma impartiría la sesión (cosa ya inviable a su edad), y que era imposible que la impartiera en el poco tiempo que quedaba (sin perjudicar al siguiente grupo).
Por supuesto, se puso como una fiera cuando todos la llamamos mentirosa.  Argumentó que ella no estaba dispuesta a aguantar esa falta de respeto.  Ella es de las que se cree que si nos llama mentirosos a todos nosotros, eso no es faltarnos el respeto, porque sólo somos enfermos.

Así que la reclamación, en este caso, no sirvió de nada en un principio.  Pero creo que se lo pensará otra vez antes de volver a mentir de esa manera.  Para mí, personas así no merecen la deferencia con que se les trata, tengan la edad que tengan.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

La supervisora de rehabilitación

Nota:  te recomiendo que leas antes la publicación anterior (Periplos de una hernia) para saber de qué va ésta.


Terapias grupales de Rehabilitacion

En eso estamos, en la semana pasada en el Hospital Virgen Macarena de Sevilla.
Nadie sabía a ciencia cierta cuántos días estaríamos cada uno (a mí me dijeron que 4, a otros que 2 meses, a otro que 3 días, a otro que tenían que darle corrientes, a otro que infrarojos, …).
Empezamos la terapia grupal el lunes, seguimos el martes, pero el miércoles no aparece el rehabilitador.  Cuando llevaba 20 minutos de retraso (son ya las 10’50 h), decido preguntar por él en ventanilla y me remiten a la supervisora de rehabilitación. 

Visto esto, mis compañeros y yo queremos poner una reclamación y vamos a comentárselo a la supervisora.  La supervisora, al ver allí a 10 personas, se asusta y nos atiende amablemente.
Le explicamos la situación, así que mira el cuadrante y telefonea enfadada al fisioterapeuta Mario.  Mario no ha venido ese día, ella le arma la de San Quintín por teléfono y vocifera recordándole que está su nombre en el cuadrante y que no es la primera vez que le pasa (al tal Mario).

Los afectados le avisamos a la supervisora que queremos poner una reclamación.  Ella inmediatamente nos intenta disuadir y comenta que buscará otra persona para que nos imparta la sesión de rehabilitación.  Los compañeros le decimos que no, que son ya las 11’05 h, y a las 11’30 h empieza el siguiente grupo.  Y es que si tenemos que entrar, colocar las colchonetas y las sábanas (somos el primer grupo de la mañana) y hacer los 40 minutos de ejercicios mínimos y luego de recomponernos las vértebras hay recoger las sábanas, entorpecemos al grupo siguiente (amén de que algunos compañeros tienen que coger el autobús de vuelta al pueblo).

Acudimos juntos a Gestión de Usuarios del hospital, le explicamos la situación y ponemos una reclamación conjunta (con mis datos como demandante principal) contra Mario, además de la falta de información y educación de la fisioterapeuta que nos atendió el martes.

Ya estáis en antecedentes.

Ayer, cuando llego a casa después de rehabilitación, me encuentro en el buzón con la contestación a la reclamación que pusimos el miércoles pasado.
La respuesta viene de parte de la propia supervisora, y ella alega que:
1) Mario estaba tratando a un paciente hospitalizado, y por eso no pudo atendernos.
[Eso es MENTIRA, porque el miércoles nos dijo que estaba en su casa, y la bronca que le armó no es para alguien que está atendiendo a otro paciente.  Además, estos mismos rehabilitadores nos han confirmado que sólo trabajan por la tarde, y un día a la semana tienen la terapia de mañana con nosotros]
2) Se ofreció ella misma a impartirnos la sesión.
[Eso es MENTIRA, porque no es lo que nos dijo.  Además, porque ella ya no tiene edad para impartir nada, explicarnos ejercicios o tumbarse en la colchoneta para que lo veamos bien]
3) En 15-20 minutos se hacen todos los ejercicios de rehabilitación perfectamente.
[Eso es MENTIRA, por razones obvias para todos los que sabemos sumar 2 y 2, porque son 10 ejercicios, sin contar explicaciones, cambios de postura, pon y quita colchoneta y sábana, etcétera]
4) Los compañeros no queríamos ya hacer la rehabilitación porque teníamos prisa.
[Eso es MENTIRA.  Nuestra única prisa era por no retrasar al siguiente grupo y que a los que vienen de un pueblo les diera tiempo a firmar la reclamación conjunta antes de coger el autobús de vuelta]

¿Y sabéis qué más?  Que hemos descubierto que fue ella misma la que cambió el cuadrante a los fisioterapeutas sin avisárselo ... ¡Qué toda la culpa fue suya, vamos!



Visto esto, hoy nos fuimos a llamar MENTIROSA a la supervisora de rehabilitación.  Pero no había nadie en su despacho, a pesar de que estaba abierto de par en par, todo encendido y el ordenador funcionando … ¡casualidades de la vida!

¿Qué os parece?

Periplos de una hernia

Después de muchos meses ocupada en mi salud y otros quehaceres, quiero volver a retomar otra de mis pasiones:  escribir, escribir, escribir.
Y ayer pasó algo que me despertó mi vena protestona.
Foto manualidad papel pañal, cochecito y biberón


El 1 de febrero me dio uno de esas lumbalgias repentinas mu’ malas, mu’ malas.  Era un poco más abajo de lo normal y tocando mucho las caderas. 
Cuando pasadas un par de semanas, dejé ya de llorar a cada mínimo movimiento, me di cuenta que el dolor estaba durando más de lo normal y era más intenso de lo que debía. 
Para resumir os diré que me planté en abril, por fin me hicieron una resonancia en mayo.  Para entonces, descubrieron que una hernia vertebral a la altura de las caderas había changado mis lumbares para siempre.
No sé qué será de mí cuando esa hernia incipiente coja confianza, pero ahora mismo me martiriza las caderas con ganas, cambiando mi rutina diaria.

Muy bien.  Puestos en antecedentes, os comento que en junio tenía por fin cita para el médico rehabilitador … sólo que se equivocaron y me mandaron a rehabilitación infantil.  Por muy joven que aparente ser, he cumplido ya los 44 añitos.  Como sugirió hirientemente la doctora, lo mismo yo no cabía en la camilla para niños.
A primeros de Julio, me ve por fin el médico rehabilitador general (para no infantes, vamos), y me remite a rehabilitación en 2-3 semanas.
La rehabilitación empieza el 5 de septiembre … desde el 1 de febrero, yo creo que he sido paciente.

¿Te ha ocurrido algo parecido?