martes, 31 de diciembre de 2019

Feliz 2020


Gatunos míos, que hoy toca hacer recuento del año que se nos escapa ya.  Se nos escapa con pena incluso, pero siempre es mejor dejarlo ir que quedarse atrás.

Mi año ha tenido mucho de muchas cosas.  Muchas buenas, y alguna no tanto.

De las que más a la fuerza sobrellevo, es el dolor que me causan algunos “desajustes” en las articulaciones de mis pies.  Empezó todo en julio del año pasado, y después del uso de varias plantillas ortopédicas re-modificadas en varias ocasiones, el dolor ha sido viajero de uno a otro lado, más o menos insoportable algunas veces, y desde luego incapacitante muchas otras.  Y además, el hecho de no poder andar mucho me hizo ganar la mitad del peso que perdí el año anterior.
Por lo demás, lo de siempre:  2 lumbalgias severas.

Otra cosa decepcionante es que sigo sin encontrar un empleo decente.  Ya os contaré alguna que otra cosa que me han ofrecido como una ganga.

Se me han ido este año un par de personas a las que añoraré. 
Una es un (ex)vecino de mi edad, alto, guapo, bueno, simpático, adorable y que adoraba a mi madre. 
Otra es una mujer que me acogía a veces en su casa cuando estaba de exámenes (estudié fuera de casa).  También me cocinaba cosas ricas y me enseñó a tejer con 2 agujas (¡mis primeros patucos de primera postura!).
Son pérdidas a las que ya hay que ir acostumbrándose a mi edad.

Pero el 2019 ha sido espectacular en muchas otras cosas:
- No he tenido que soportar compañeros de trabajo (y jefes) indeseables de Accenture.  ¡Cuánto echo de menos a los Siteleros!  A algunos, los mejores, les sigo viendo y nos alegramos mucho entonces.
- He tenido que eliminar de mis redes sociales a una serie de personas a las que quería por cómo creía que eran.  He descubierto que, aún hoy en día, dos tetas tiran más que dos carretas.  ¡¿Cómo alguien que se dice socialista puede pensar como la ultraderecha?!
- He conocido a varias “posibles” parejas.  Y me han propuesto cosas que … que no es que me hagan ruborizar, no.  Es que algunas me han hecho reír y otras asquear … ¡Qué mundo éste!
Pero también conocí a alguien que … sí, ya ves, de esos que te hacen recobrar la fe …
- Me he vuelto más consciente con la ecología y lo sostenible.  Siempre tuve el pensamiento y la idea de la necesidad de cuidar el único planeta con cerveza.  Pero ahora estoy tomando opciones personales más fructíferas.  Ya usaba compresas y salva-slips de tela.  Pero ahora, por ejemplo, he reducido el uso de pañuelos y servilletas de papel, cambiándolos cuando es posible por los de tela.  Poco a poco, paso a paso, es una tarea personal el no elegir lo que no es ecológico, ya sea en casa o a la hora de comprar.
- El voluntariado de este año que más me ha marcado ha sido con la primera WordCamp para desarrolladores de WordPress.  Mi identificación de aquel evento es la imagen de cabecera de esta publicación.  Por supuesto, el evento resultó un éxito, no lo dudo, porque estaba en buenas manos.  Es que tenía (tengo) algunas quejas con respecto al uso de los voluntarios.  Pero no cambio por nada los momentos buenos que me dieron esos días. 

Si algo agradezco de este año, es la experiencia que me ha dado.  Si algo le pido al que viene, es que yo acabe como esa identificación de la WCDev 2019.



lunes, 9 de diciembre de 2019

Dios te salva, María

El fin de semana fue de celebraciones.  Y ayer celebrábamos los cristianos el día de la Anunciación.  Me gusta esta fiesta.  Y fue ayer que la descubrí como la más reveladora de todo el año.

Siempre se nos vendió la Inmaculada Concepción como el anuncio de un salvador del mundo.  Y resulta que no se trata de una venta mundial, sino de una compra personal.



La anunciación estrena el tiempo de Adviento: la espera.  Nos dice que hay esperanza porque la salvación está en camino.  Pero estamos condenados si no nos ponemos en camino, si no aceptamos.

María dió un ⟪sí quiero⟫ al ángel.  Y se salvó, y nos dió su salvación.  María tenía esperanza y eligió el camino de la acción:  ser la madre que educó a quien nos enseñó a liberarnos.

Es así de sencillo.
Se nos ofrece todo, y nosotros nos comprometemos (o no) a ser socorrer, a rescatar, a auxiliar, a corregir, a enmendar, a acompañar, a resucitar.  Porque si no salvo a otro, no me salvaré.    Porque si no lo entrego todo, nada doy.  Porque si no lo hago por amor, nada soy.

Dios te guarde, María, porque me diste la Gracia de poder elegir.



Nota:  me da igual si eres o no cristiano.  Cambia al mensajero de la anunciación, por ejemplo, por el del cambio climático, que está ahora muy de moda:  ¿te comprometerías?  ¿a qué estás dispuesto a renunciar para no condenar al planeta?

martes, 5 de noviembre de 2019

Ejercicio sobre la marca personal

En un curso de Gestor de comunidades virtuales, se me propone un ejercicio que me ha parecido interesante, y del que os comparto mi respuesta.

Debo definir mi marca personal, bajo la premisa de que «La marca personal es lo que dicen de ti cuando no estás en la sala».
El ejercicio debe responder a estas preguntas básicas:

    ¿Quién eres (identidad)?
    ¿Qué eres (significado)?
    ¿Cómo te ven los demás (reacciones)?
    ¿Cómo son las relaciones que quieres establecer con tu público?

Y aquí os dejo mi debate interno.
                                                                                      
<< Soy Chary, una informática sevillana a la que no le gustó su carrera con lo que me costó acabarla. 

Mi marca personal tiene nombre propio:  Charichy Gata, reunión de uno de mis apodos con mi primer apellido (tan particular él como yo).
Con ese nombre tan cantarín me presento como escritora de poesía y prosa, en múltiples estilos, pero también desde una mirada personal, que algunos confunden con meramente autobiográfica y otros simple o acertadamente reconocen como ficción literaria con tintes de realidad interior.

Mas mi actividad en el plano físico y en el virtual no es sólo creativa con las letras. También aporto claves de organización, estudio, incluso alguna receta culinaria, e imparto talleres variados. Mi público bien se entretiene conmigo, y sabe que, para bien o para mal, soy certera y veraz en mis opiniones.  En mis palabras, ya sean escritas o vertidas al aire, se traslucen sinceridad, independencia y libertad. 
No soy persona que adorne las mentiras porque lo parezcan menos con florituras.  Y eso es algo que no agrada a todo el mundo, por lo que se ve.  Pero la hipocresía no es uno de mis defectos;  y quien me sigue (ya sea en algarabía de píxeles o en carne y hueso), lo hace precisamente por eso.
Ya sean amigos o autoelegidos adversarios, ambos han tenido presente que no voy a callarme, que tengo mucho genio, y que a las buenas soy muy buena, y a las malas … tomaré las medidas necesarias.  
De todos modos, cualquiera sabe que puede contar presto conmigo, a pesar de todo, para lo que necesite. 



Me gustaría, sin embargo, que cuando se piense en mí, se me analice, no precipitando ideas sobre algo que no he dicho de ninguna manera, no malversando, no poniendo en mi boca, mis dedos o mi pluma, palabras que nunca dejaría salir.
Ojalá todos entiendan que escribo lo que necesito expresar, lo que me bulle y quema, bien porque es mi verdad o porque la viven otros.  Y esa urgencia por hablar, por ayudar, por educar o por respetar son lo mismo que la necesidad de escucha, de socorro, de aprendizaje o de consideración.  
¡Ojalá! >>

¡Hasta pronto, mis Gatunos!




lunes, 7 de octubre de 2019

WordCamp Sevilla 2019


Reza un dicho que una WordCamp no se acaba hasta que escribes sobre ella.
Yo he sido voluntaria este fin de semana en  #WCDevSevilla19, la primera WordCamp para desarrolladores.  Y he pensado mucho sobre qué quería escribir.


Soy una persona muy crítica, para lo bueno y para lo malo.  Si algo me agrada, te alabaré.  Mas si creo que algo puede mejorar, lo diré también (en privado, pero lo haré).  No es con ánimo de ofender, pero tienes todo el derecho del mundo (y mi permiso) para enfadarte por mi opinión.

Desde los 15 años (y tengo 47) he sido voluntaria en diversas organizaciones (no gubernamentales).  Y en todas y cada una de ellas he visto que son idénticas al gobierno:  mucho politiqueo (de uno u otro modo).
No he visto el evento desde fuera, pero sabía de antemano que sería fantástico (porque sé de quién me he fiado).  Sólo tengo la experiencia de mis ojos desde bambalinas.  Y tengo opiniones controvertidas al respecto.



Pero, pero, pero ... como una de mis normas es quedarme con lo bueno, es eso lo único que quiero llevarme de estos días.

Me quedo con David y la gente entregada, trabajadora, agotada, y que aún así no pierde la sonrisa ni la amabilidad.  Gracias por el cariño.

Me quedo con Nilo y los que sueñan y vuelan alto, y además luchan incansables contra viento y marea para hacer posible lo inimaginable. Gracias por el esfuerzo.

Me quedo con José Luis y esas personas que están pendiente de los detalles, que te valoran y que se acuerdan de preguntarte cómo estás.  Gracias por el instinto de madre.

Me quedo con Elvira y todos los que hacen las cosas por amor, sin más intención que ayudar, que aprender, que apoyar donde faltan manos y sobran ganas.  Gracias por la entrega.

Me quedo con Juanma, mi fiel escudero, y esos amigos (viejos y nuevos) con los que se puede andar en confianza.  Gracias por el apoyo.

Y me quedo con los niños, del más tranquilo al más revoltoso (¡ay, Rodrigo!), porque nos obligan a estar al día, a estar atentos, a mejorarnos cada día.  Gracias por la alegría.


Asistentes primera WordCamp para desarrolladores

Me quedo con lo bueno.
Gracias por la experiencia.


Y se me olvidaba:  me quedo con María, de parte del propio Acuario de Sevilla, que nos allanó los caminos para que todo fuera sobre ruedas.  Gracias, por la voluntariedad.



viernes, 12 de julio de 2019

Reseña Crisálida de Laura Tinajero


Después de un par de meses de haber leído esta obra, por fin me decido a escribir la reseña. Y es que no es moco de pavo, la verdad, plantear la experiencia.
Debo decir que, aunque la lectura me apasione, no le dedico todo el tiempo que quisiera.  Pero eso sí, el poco que tengo libre, sólo lo empleo en obras que me aneguen a su voluntad.  Y ésta lo es, sin duda.



Mi voluntad me dice que no me gustan algunos aspectos de la historia, que no es esa prosa tan poética que me apasiona, que discrepo en muchos de los aspectos planteados y que los personajes son un asco (literalmente).
Y aún así, Crisálida ha sido una experiencia de gozo de plena lucidez.
Confieso que la leí en los ratos libres de sólo 3 días.  Sí, así, de sopetón.  Es que es cautivadora, hechizante, magnífica.

En la misma historia se tejen varias mediante un personaje como hilo conductor.  Y se tejen magistralmente en distintos lugares, épocas y ambientes.  ¡Guau, qué madurez!
Pero la autora no sólo te arrastra en esos escenarios, sino que te los detalla al punto histórico.  Imágenes sutiles se dibujan con cada frase, y puedes imaginarte allí, viviendo la narración como en un teatro de barrio y donde parece poder tocar a los personajes.
Esta escritora tiene conocimiento de la materia que trata. Pero es que, además, se nota la exhaustiva labor de investigación llevada a cabo.


Mas yo soy una persona muy radical:  o es novela realista o es ficción.  Y, visto de este modo, el escrito no puede tener connotaciones de ambas categorías de novela.  Y por eso aquí van mis tres críticas.

Se trata de una historia imposible, irreal, incluso en sus exquisitos detalles verosímiles, donde los personajes comparten el mismo habla, sin distinción de lengua materna, dialecto, ubicación, edad o educación recibida.
Incluso bajo los estudiados detalles tan realistas, nadie tiene el más leve problema cotidiano, ya sea éste económico, de salud u otro.  Como muestra, el alfarero Martín tiene una piel maravillosa a la que no le afecta ni sol ni barro ni tintes … Sospecho que el chaval no trabaja mucho la cerámica, ¿no?.
Y como última crítica, la novela es de colores, con tintes entre rosa y verde.  No me decido sobre si es una típica novela romántica (con hombres atléticos y vigorosos) o bien una altamente erótica (con descripciones de actos sexuales en demasía).  Y es en cuanto a esta parte pornográfica, cuando me sorprendieron detalles totalmente ficticios:
- Las personas gozan de un vigor constante y sin pausas, donde el sexo siempre es apetecible y placentero, incluso si se es una prostituta.
- En este mundo irreal de ferviente promiscuidad, casi no existe el dolor, ni la sepsis, ni las ETS, ni los embarazos.
- La esclavitud acaba sin remedio en síndrome de Estocolmo.


¿Qué os parece?  ¿No os entran ganas de descubrir de qué va la novela?

A mí, en esencia, me fascina sin más, a pesar de los contratiempos que fui encontrando mientras devoraba entre sus páginas.  Magnífica obra, me reitero.

Espero que la autora sepa perdonarme por haber tardado tanto en escribir.  Pero es que esto no eran unas pocas líneas para congratularme con nadie.


martes, 9 de julio de 2019

La claridad que generan los celos

Una noche, de esas largas y brumosas, le imaginé con otra y lo tuve claro.  Es asombrosa la claridad que generan los celos.
Y aunque Manuel se empeñe, elijo no ser celosa.  Yo es que soy más de mariposas borrachas por mis  pechos que de gusanos comiéndome las entrañas.  (¡Donde esté el glamur, que se quiten las musarañas!)

Imagen negativa de una mano con texto

Si no puedo ser yo misma, lo mismo es mejor no ser.
Deseo verte cuando necesite paz, solo si tu me miras. Quiero esconderme en tus manos si el mundo es hostil.  Quiero pensarte y sentir:  de aquí soy.
Y si tengo que luchar contra mi casa, ya no quiero vivir en ti.

Te quiero así:  libre y seguro.
Me gustas si me rechistas y cuando transpiras.
Te miro y veo en ti a mi abuelo, a mi padre, a mis amigos, a nuestros hijos ...
Te quiero así:  solo tuyo ... ¡y tan mío!


Buenas noches, mis Gatunos.

miércoles, 19 de junio de 2019

Reseña La posada de los vientos y otros relatos inquietantes.

Ya conocía personalmente a Rocío de Juan y sus escritos, y eso hizo que ya esperara lo máximo de ella y de ellos.
Rocío, que se define leonesa-malagueña, vive en Sevilla pero a caballo entre las sedes de sus múltiples actividades.
Si tuviera que definirla yo, diría que es un poco como un hombre-orquesta, pero en elegante.  No para, siempre de acá para allá;  pero nunca pierde ni la sonrisa, ni las ganas, ni la paz, ni la alegría.  Ella es así de sencilla.

Yo compré el libro en versión digital (manía, esta mía, la de almacenar lo menos posible).  Y tarde me di cuenta de que no me lo podría autografiar y dedicar. ¡Mecachis!

La posada de los vientos y otros relatos inquietantes abre nuevos caminos a la desentrenada magia.
Sus letras dibujan escenarios sencillos, donde el lector o se deleita o se pierde por unos minutos en breves cuentos fantásticos.
Más que tejer historias en una rica prosa, Rocío de Juan entrelaza en pura poesía, las vidas de los personajes.  Y en ese encaje de tenue hilo, descubre otras formas y maneras de narrar lo tenebroso y lo extraordinario.  El alma humana es tan terriblemente simple, al fin y al cabo ...

Si tenéis el placer de tener este libro en vuestras manos, descubriréis, en esas contadísimas horas, el ansia por acabarlo y la pena porque se agota.
No os puedo contar más sin desvelar los misterios de sus narraciones.  Sólo os comento que esta obra es una continuidad del bello y musical habla de la autora ...



Si queréis saber más de Rocío de Juan, pulsa aquí.

Espero que lo disfrutéis tanto como yo, mis Gatunos.

sábado, 13 de abril de 2019

La varianza de la felicidad


Habré conocido amores en mi vida, más grandes, más sencillos, más vivos, más tranquilos, más gigantes, más inolvidables, más de niños, ...
Y, aunque casi todos fueron inolvidables, sólo uno llegó a parecerme más verosímil.  Sólo uno fue más yo que ningún otro.  Con el pasar del tiempo, descubrí que tampoco él era a quien quería como compañero.  Pero sé a ciencia cierta (científica yo, hasta el final) que puso el listón muy alto para quien viniera después. 
Esos otros lo comprobaron.  Les falta ese algo que sólo él fue.  Porque, aunque no era completo, tenía muchos de mis deseos, ¡y hasta el capricho de ser moreno!.
Y llegará algún día, lo sé, alguien que le borre de mi historia a base de mejores recuerdos.  
Pero, mientras tanto ...
¡Dios mío, cómo le echo de menos!


<< La felicidad era enredarme por la selva de tus rizos oscuros;  perderme confiada, en tus ojos de firmamento;  descansar de la vida sobre tu pecho seguro;  y olvidarme del mundo, incierto, bajo tu vientre … tan desnudo.
La felicidad era estar contigo, simplemente.  O al menos, eso pensaba, antes de dejarte ir para siempre.>>





¿Tenéis un amor así de único?, mis Gatunos.







sábado, 6 de abril de 2019

La moda y yo


La moda es un tema controversial para algunas personas.  Para mí, no.
La moda es literalmente “lo que más se lleva”.  Y, si te fijas, lo que ves en la calle no es precisamente lo que otros dicen que es lo más, sino lo de siempre.
La cosa no es difícil:  una persona inteligente sabe que un toque distinto puede estar bien;  pero sólo de vez en cuando y en la ocasión oportuna.
Lo que hoy se ve como moderno, en breve se verá como una horterada.  No falla.

Cada vez que entro en una tienda de ropa y complementos, me intentan convencer de que me compre lo que yo no usaría jamás de los jamases.

No sabéis lo difícil que resulta demostrarle a alguien que unos vaqueros rotos hablan de precariedad, y que yo sólo usaría algo roto en caso de que no tuviera absolutamente más nada que ponerme.  He llegado a escuchar incluso que resultan elegantes con unos buenos tacones. ¡Ja!
No quiero un bolso grande (ese llamado “shoping bag” o bolso de compras).  Ya tengo uno exclusivamente para cuando lo necesito.  Pero a diario, necesito llevar todo lo necesario en el mínimo espacio posible:  algo manejable, organizado y que quepa en cualquier sitio.
Detesto el color mostaza.  Y cuando lo veo lucir, siempre me pregunto:  ¿de verdad a alguien le gusta vestir de color “caca de lactante”?
Igual me ocurre con el estampado militar, que se hizo para camuflarse en el bosque, y actualmente se usa para esconder la suciedad.  ¿Es necesario hoy en día vestir algo de camuflaje fuera de los ambientes militares o de caza?  Me parece que no, ¿verdad?.
¿Y los tonos fluor?  Yo ya llamo la atención sola.  No soy unos apuntes para remarcarme algunas partes.
Y ya no hablamos del animal print.  El estampado animal es un diseño agresivo y soso a la vez.  Vale que en pequeñas dosis … bueno.  Yo sólo tengo un bolso de mano, unos zapatos de vestir y unos botines (botas tobilleras) de tacón, todos en pitón de color bey.  ¿Para qué iba a querer vestirme como un animal salvaje?

Yo no lo entiendo.  Pero en las tiendas me entienden menos.
Las dependientas (rara vez suele ser un hombre, y menos heterosexual) se creen que estoy loca o soy tonta por ir contracorriente con lo que dictan las grandes cadenas de ropa y complementos.  
Me niego.  Yo solita sé elegir lo que me gusta y me sienta bien.  Nadie me va a decir lo que tengo que ponerme, y menos a estas alturas. 
Y, al fin y al cabo, lo que yo llevo es lo que lleva la mayoría, la gente normal, la que sabe elegir por sí misma.  La que cada 2-3 años no se tiene que preguntar ¿en qué estaba yo pensando cuando me compré esta cosa?;  o bien … ¡Con lo caro que me costó y tenerlo que guardar/tirar/donar!



¿Qué pensáis, mis Gatunos?

Hasta pronto

domingo, 10 de marzo de 2019

Mariposas muertas

Hay épocas en la vida en que uno no puede pararse a pensar.  ¡Ja! Ni hablamos ya de sentir.
Tiras p'alante como puedes, avanzas a tientas, con los ojos entrecerrados entre paso y paso, rogando porque sea el correcto.
Hay momentos en que nada ajeno cuenta, porque hay siempre algo más urgente, más prioritario, más sensato, más necesario, o simplemente hace menos daño.

Y cuando al final llega lo inesperado, que al fin y al cabo ya tanto ansías, no sabes si abrir los brazos y correr al galope a la tormenta ... o simplemente coger tu cruz y dejarte caer al vacío como una hoja muerta.

Yo, ya lo sabéis, ... yo soy más de hogueras.




Buenas noches, mis Gatunos.

domingo, 20 de enero de 2019

El caos del orden


Avanzamos el año y los propósitos ya van decayendo, y las modas se van y vienen.
Ahora que se lleva el método Konmari, también aparecen los emuladores y los detractores. A mí me encantan algunas cosas de las que predica esta japonesa fanática;  y otras las aborrezco.

Me encanta el orden.  Por la estética, pero más por rapidez y eficacia.
Es que tiendo al desorden con facilidad, ya sea por las prisas o porque tengo muuuuuchas cosas (y con variaciones en muuuuuchas formas, colores, tamaños y texturas).  No es una obsesión:  es que me chifla.

Fue con la pérdida de peso cuando me di cuenta que no podía almacenar ropa de varias tallas y comprar lo mismo porque lo necesitaba en la nueva talla.  Rebajé 6 tallas en unos 2 años.
Me quedaron grandes hasta los zapatos, guantes, pulseras y anillos.  ¿Dónde meter tanto para dejar espacio a lo nuevo? No, no puedo deshacerme de todo lo viejo, porque la recaída de alguna enfermedad me puede llevar a coger peso rápidamente otra vez (ya ha pasado).
Si es que yo no tengo un par de cosillas de cada.  Noooo.  A mí me gusta tirar de fondo de armario, y tener varias prendas para cada ocasión.
Igual me pasaba con el material de artesanía, por ejemplo.  ¡Todo es tan voluminoso!!!  ¡Y hacen falta tantos artilugios, tantos colores, tantas tontadas!

Descubrir a Marie Kondo cambió cómo veo el espacio, mi apego a ciertas cosas por si lo vuelvo a necesitar.  Por eso el método Konmari me resulta fantástico al organizar, reutilizar, donar, regalar, y tirar.
Eso sí, soy igual de feliz, aunque me gratifica que alguien disfrute gratis del inmenso fondo de armario de gala que se me quedó grande, por ejemplo.

Desde hace meses, mi fondo de armario se redujo a uno más visual y multi-funcional.  Puedo verlo todo de una pasada, no uso nada que no me quede genial y no compro lo que no necesito (sólo tengo 2 jerséis y ningún chandal).
Con los zapatos hice igual:  descartados los taconazos, los que me quedaron anchos (apenas sin usar) y cuanto me moleste lo más mínimo.  Con los bolsos lo llevo un poco peor, pero también me deshice de los que no me servían.
Yo sí uso el doblado en vertical para prendas que no se arruguen: ropa interior elástica (nunca raso, encaje o seda), camisetas, leggins, pijamas, bufandas, algunos foulards, guantes, etcétera.  Eso sí, no lo hago desde el frente al fondo, sino de lado a lado porque así se pueden ver y manejar todas las prendas.  Haciéndolo del frente al fondo, hay que sacar el cajón entero para ver y manejar las del final.  ¡Chúpaos esa, Marie Kondo e imitadores! ¡Ja!

Como muestra de mi nuevo orden, un botón:  el cajón de mis camisetas de verano (que el de invierno es mucho menos colorido, claro).  En él, con lo chiquenino que es (36 x 32 cm y sólo 10 cm de alto), hay 20 camisetas y uno de mis pañuelos de moneditas de danza del vientre. Y en el de invierno caben 15 camisetas.  
Y en medio de todos mis cajones, cajas y bolsas, siempre un jaboncito oloroso de Las manitas de Lola.  Me fascinan:  naturales, aromáticos, funcionales, eficaces y de confianza total.


Y en cuanto al resto de cosas que poseo:  tiempo al tiempo.  Me estoy deshaciendo de bastante material de artesanía.  Y eso que para mí incluye:  papelería en general, paquetería, cartonaje, scrapbooking, encuadernación, lettering y caligrafía, dibujo, pintura, decoupagé, bisutería, soutache, modelado, ganchillo, punto a 2 agujas, punto de cruz, alambrismo, macramé, kumihimo, restauración, tocados, bolsos, costura, broches, cocina, decoración, ... ¿Sigo?
Y luego están mis aficiones:  lectura, escritura, coleccionar bolsos y zapatos, animales salvajes (en su habitat, por supuesto), senderismo, ciencia, esoterismo, etcétera.

En fin, que Marie Kondo y aquel que me diga que ordenar y mantener el orden es fácil y además te hace feliz es porque:
1) no tiene un trabajo de mínimo 8 horas diarias fuera de casa;
2) no tiene personas a su cargo (o no se encarga de ellas);
3) cuida, cocina, cose, limpia, plancha, y/o arregla poco en su casa (o tiene quien le haga las tareas generales);
4) sus aficiones están fuera de su casa (o no implican uso de material);  y
5) no tiene, desde luego, más vida que le haga feliz de otro modo.

Así que, si puedes ser ordenado, sélo porque eso es mejor para ti y para los que dependen de ti (y eso incluye a tus amigos y vecinos, en cierta manera).
Pero si no puedes porque tienes cosas más importantes que hacer ... ¡allá cada uno con su nivel de prioridades!
La disciplina y el orden tienen que hacerte feliz a ti, no a los demás. Aunque nunca olvides que los otros son parte de tu felicidad, y tienes que poner tu parte para que sean felices contigo.
A mí me gustan orden y disciplina si son para bien, pero tampoco hay que ponerse tan radical.


Y vosotros, ¿qué pensáis ahora del orden?

Un saludo, mis Gatunos.

Nota:  Para los interesados en probar los variados productos hechos a mano de Las manitas de Lola, os dejo los enlaces a sus redes.  También podéis encontrarla en Sevilla en el Mercado del Arenal.


Instagram:  https://www.instagram.com/lasmanitasdelola/
Facebook:  https://www.facebook.com/lasmanitasdelola.jabonesnaturales